jueves, 9 de agosto de 2012

LA TELARAÑA CUBANA DE TRUJILLO

Palabras de presentación

 


  (Tomado de La Isla Desconocida)

El pasado 31 de julio, como anuncié en este blog, se produjo en Santo Domingo la presentación de los dos tomos de la obra La telaraña cubana de Trujillo de Eliades Acosta Matos. Al acto asistieron diversas personalidades de la vida intelectual y política dominicana, entre ellas, el propio Presidente de la República, Leonel Fernández Reyna, y representantes de nuestra Embajada. Por su importancia, reproduzco las palabras de presentación del Director del Archivo General de la Nación de ese país. En el acto hablaron además el doctor Marcos Herrera, director ejecutivo de FUNGLODE y el autor de la obra.

Roberto Cassá, Director del Archivo General de la Nación, República Dominicana

Señoras y señores, ante todo, la gratitud a la Fundación Global por auspiciar este acto, que es iniciativa del Presidente de la República, y Presidente de esta Fundación, por la estima que le ha generado el libro del colega y amigo Eliades Acosta. Yo debo explicar, ante todo, por qué el archivo General de la Nación auspició esta obra, auspició la investigación, pero auspició también la publicación. El Archivo General de la Nación, como todos saben, tiene la responsabilidad de velar por la conservación, la preservación, del patrimonio documental de la nación, pero al mismo tiempo, se ha definido como política de la institución, que no se limite esta función a un papel pasivo de guardar y organizar documentos, sino que cumpla también con la actividad de contribuir a difundir las informaciones, ponerlas, por supuesto, ante todo, al alcance del público, pero también difundirlas, y difundirlas no implica una labor neutra de información, sino también, a las reelaboraciones directas, que vayan en beneficio del desarrollo de la actividad ciudadana, de la toma de conciencia nacional, de la toma de conciencia histórica, creciente por parte de los dominicanos.
El Archivo General de la Nación por consiguiente ha optado, y yo pienso que lo ha logrado en una buena proporción, por transformarse en un centro cultural, y por esto, el Departamento de Investigación, que se creó, de hecho, durante nuestra gestión allí, gestión de hace ya más de siete años y medio, ha tenido un papel protagónico, e incluido exposiciones, diversos tipos de cursos de conocimientos de la historia, diversos de difusión, como una sala de exposición que vamos a inaugurar en los próximos días, hasta una revista de difusión para escolares y estudiantes, que no pudo seguir publicándose por su elevado costo –alrededor de 25 000 ejemplares, costaban medio millón de pesos–, y hubo que suspenderla por falta de recursos; pero la vocación es esa, ayudar y contribuir con el conocimiento creciente sobre nuestra historia. Aquí se inserta, en esta perspectiva, la presencia de Eliades Acosta, que como lo acaba de decir el Dr. Herrera, es un prominente intelectual cubano, que decidió acompañarnos a los dominicanos, y pienso que el gesto de Eliades no es ajeno, en ningún aspecto, con el contenido de este libro, y con las perspectivas de investigación que él nos explicará, pero que yo, al menos, voy a mencionar, que tiene hacia su futuro. Eliades, como ciudadano del mundo, como ciudadano latinoamericano, al tiempo que es cubano, y pienso yo que en la práctica también dominicano, está encarnando viejos procesos de interacción de los dos pueblos; nuestro destino histórico, por ejemplo, está indisolublemente vinculado a los hechos de Cuba. En la década de mil novecientos cincuenta, la caída de la dictadura de Trujillo no resulta comprensible, y aquí ya entra el libro de Eliades, La Telaraña Cubana de Trujillo, sin el triunfo de los guerrilleros de la Sierra Maestra, eso es bien sabido, luego, como voy a tratar de argumentar brevemente, está suficientemente expuesto, con nuevas perspectivas, como lo acaba de explicar el Dr. Herrera. Los flujos son antiguos, y yo diría, también presentes, para beneficio de los dos pueblos, aquí tenemos al profesor Acosta, pero yo puedo decir, que aquí tenemos a dos cubanos y dominicanos al mismo tiempo, Matías Bosch y Alberto Enríquez, son flujos, son realidades que forman parte de planos profundos de nuestra historia, o de nuestras historias, puede ser una, o pueden ser varias, no importa, y la aproximación a esas dimensiones, a mi modo de ver, involucra un acercamiento nuevo a planos desconocidos en la investigación histórica más convencional, habida en nuestro país, pero también en Cuba, pienso yo, por eso, la investigación de Eliades, La Telaraña Cubana de Trujillo, tiene valor metodológico, no solo para República Dominicana, sino, también para Cuba, porque ilumina una perspectiva binacional, multinacional, regional, donde los procesos políticos, se traslucen con mucha mayor claridad.


En tal sentido es que creo que podemos destacar, en primer lugar, la aseveración del Dr. Herrera, de que el tema de Trujillo no está agotado, y de que este libro constituye una contribución efectiva, un esclarecimiento de facetas fundamentales para la comprensión de este ominoso régimen, de treinta y un años de nuestra historia. Aquí hay una relación de las dos partes, una relación donde la historia dominicana de los treinta y un años, no se puede entender, sin el contexto en el cual Trujillo acciona. Creo entender que este libro contiene una tesis fuerte o una de las varias posibles tesis fuertes, creo que Eliades no lo enuncia de manera exacta, de manera expresa, pero, radica a mi juicio, en la tesis de que la dictadura de Trujillo es incomprensible, sin el esfuerzo hacia el exterior, como una especie de límite al exterior de su capacidad de reproducción; Trujillo necesitaba intervenir a través de una política exterior activa, en los procesos políticos de los países vecinos, de los que podían tener una incidencia en la República Dominicana.
Bernardo Vega ya ha mostrado, suficientemente, los niveles de los sobornos, ya eso se sabía desde antes, pero hay nuevas informaciones en estas documentaciones descubiertas por Bernardo Vega, y que por cierto, sus bases aquí mismo se pusieron en evidencia, hace un tiempo, se encuentran en una documentación gigantesca que está en el Archivo General de la Nación digitalizada, y también en FUNGLODE, en los sitios Web de ambas instituciones: Trujillo intervenía en la política interior de los Estados Unidos, sobornando Presidentes, Vicepresidentes, Congresistas, Jueces, personalidades, en fin de todo; pero intervenía también, en la política de varios países, decisivamente, en la medida en que era consciente que podían gravitar, para alterar una correlación de fuerzas necesaria en el plano internacional a la estabilidad, y aquí interviene esta “Telaraña Cubana de Trujillo”.
Trujillo encontró en Cuba, como lo encontró en Haití y Venezuela, primordialmente, pero por momentos, también, en Centroamérica –1948, la guerra civil en Costa Rica, el régimen de Arbenz, del 54–, también fronteras delicadas en América Central. El hecho es que en estas circunstancias, Trujillo tenía que proceder a intervenir para conocer los procesos políticos, con vista, ante todo, de impedir el surgimiento de regímenes democráticos en estos países vecinos; ese era el objetivo principal: servir de ariete a los propósitos del imperialismo, manteniendo estructuras políticas autocráticas, que impidieran el desarrollo de los movimientos democráticos, como principal amenaza a la estabilidad global, a la estabilidad propia de su régimen, internamente visto. De manera que esto implicaba, y creo que ya está esbozado suficientemente en esta investigación, el establecimiento de alianzas múltiples, y problemáticas siempre, en la medida en que Trujillo trataba de condicionar, mecánicamente, la reproducción de los regímenes, incluso, los más aliados. Esto se dio, y está bien descrito, con elementos novedosos, en las turbulentas relaciones entre Fulgencio Batista, el dictador cubano, entre 1952 y 1959. Momentos de ruptura, en que Batista, por razones internas a su propio funcionamiento en el contexto popular de la realidad cubana, no podía aceptar las tentativas de condicionamiento que Trujillo le trazaba, y yo diría que Trujillo puso su contribución paradójica, trágica para él, de haber contribuido, a su manera, indirectamente, y a veces no tan indirectamente, en el desarrollo de la oposición a Batista, cuando rectificó era tarde, porque ya el Movimiento 26 de Julio, había tomado una magnitud, que resultaba incontrolable.
Nos encontramos entonces, con una reescritura basada en la investigación histórica más rigurosa, estamos ante un texto de 780 páginas, aproximadamente, con cerca de 2 mil referencias de documentos de los archivos, de Cuba y República Dominicana. Durante dos años, Eliades trabajó asiduamente, y diariamente, en el Archivo General de la Nación, para localizar estas fuentes valiosas, desconocidas hasta hoy por prácticamente todos los investigadores. De manera que hay una contribución notable, de tipo documental, que avala las tesis y avala el seguimiento del relato, acerca de las incidencias políticas, en este trajinar de las relaciones de Trujillo con Cuba. Implica, como les digo, un conocimiento que revela un ángulo de la dictadura de Trujillo, pero al mismo tiempo, una reconsideración de facetas fundamentales de la política cubana. Creo que este libro, y Eliades, me lo ha comentado, pero eso es evidente para todo el que lo haya leído atentamente, este libro interesa tanto a dominicanos, como a cubanos, porque pone de relieve una faceta también desconocida, o más desconocida pienso yo en Cuba, acerca de la relación de personajes de la vida política, cultural, y social de Cuba con Trujillo, lo álgido que resultó en la política cubana, desde la época de Gerardo Machado, a inicios de 1930, hasta las postrimerías de la dictadura de Fulgencio Batista, esta incidencia tan potente del dictador dominicano en la política cubana, de forma que aquí vemos, una sucesión de acontecimientos, y de figuras, que interesan a los dos países: el caso de Cayo Confites, por ejemplo, pero Cayo Confites nos lleva al centro de la política cubana, del Partido Revolucionario Cubano Auténtico, pero nos lleva al primer hecho público significativo, a mi juicio, de la aparición de Fidel Castro, figura de primer orden ya de la política cubana, Fidel ya se hace sentir como una figura, no obstante su juventud, en este proyecto expedicionario, donde había una mayoría de cubanos sobre dominicanos, creo que eran cerca de 1000 cubanos, y solamente 300 dominicanos.
De manera que está la política cubana, pongo Cayo Confites, pero puedo poner varios otros acontecimientos, como la caída de Machado, que es acompañada del establecimiento de un campamento, el primer proyecto expedicionario contra Trujillo, que está muy bien tratado también en este libro, con muchos elementos completamente novedosos, que fue la expedición del Mariel, al oeste de la Habana. Acontecimientos y personas de primera importancia en la vida cubana, como el poeta Gastón Baquero, Orestes Ferrara, es decir, nos va apareciendo una galería de figuras, y una secuencia de acontecimientos, que recrean, dialécticamente, en su interacción viva, las políticas y las personas, de ambos países. Me parece una obra en tal sentido lograda, que contribuye, decisivamente, a una comprensión más profunda de nuestra historia común, de planos más profundos, como decía al principio, que implica esta relación de situaciones comunes, en el plano regional.
La contribución de Eliades no se ha detenido con este libro, y quiero anunciarles que como parte de su contribución a los esfuerzos del Archivo General de la Nación, ha seguido trabajando, y en estos momentos acaba de concluir una vasta investigación documental, yo diría que de importancia neurálgica para, de nuevo, un mejor conocimiento de la dictadura de Trujillo. Eliades se basó en centenares de legajos, sobre todo del Fondo Presidencia, del AGN, pienso que sobre todo, por las notas que he visto, no conozco todavía en detalles la contribución que les voy a mencionar, pero yo diría que esos legajos, más muchos otros, le han servido para un nuevo esfuerzo que le tomó alrededor de un año, para compilar documentaciones selectas por él, y comentadas por él, acerca de facetas diversas de la vida dominicana, en los 31 años de Trujillo.
Esta obra está dividida en tres partes, según las décadas, cada parte en dos tomos, de manera que serán seis tomos, cada uno de los cuales tendrá la extensión de este libro; estamos en proceso de terminar la diagramación de los dos primeros, y estoy seguro de que habrá una relación estrecha, entre el contenido de La Telaraña Cubana de Trujillo, y estos documentos selectos sobre la época de Trujillo, en un nivel más micro, más de detalle, de ciertos aspectos, particulares, de la vida dominicana, en dimensiones como la represión, el miedo, la extorsión económica, la vida cotidiana, las mentalidades, en fin, es un abanico de temas que Eliades, como investigador avezado, ha logrado captar, gracias a su involucramiento sistemático, paciente, en la vasta documentación, que tiene, nada más y nada menos que el Fondo Presidencia. 39 000 legajos y ha sido una de las primeras personas, además de los archiveros, del grupo de archiveros que ha estado trabajando por más de cinco años en la organización de este gigantesco fondo, en conocerlo en sus detalles, para sacar beneficios de investigación y de conocimientos del pasado. Esta investigación está terminada, pero debo anunciarles que también el Archivo General de la Nación, ha concertado un nuevo acuerdo, un tercer acuerdo con Eliades, que involucra la vuelta, de su parte, al escenario internacional. Lo contenido en La Telaraña Cubana de Trujillo, lo quiere replicar a las relaciones con otros países, de parte de Trujillo, como un elemento adicional, o elementos adicionales, como Venezuela, Haití, Estados Unidos, por supuesto, y otros, acerca de la forma en que se desenvolvió el régimen de Trujillo, en la esfera internacional. De manera que en conjunto, al cabo de unos años, tendremos una panorámica, en este aspecto, de las relaciones internacionales de Trujillo, de la relación con esas fronteras problemáticas, obligadas, para el mantenimiento de la estabilidad, tendremos una dimensión muy profunda, y es de esperar, que se produzca la continuidad necesaria, para que el esfuerzo de investigación de Eliades, al igual que de otros investigadores, que están trabajando en el departamento del Archivo General de la Nación, pueda mantenerse y desarrollarse. 

Muchas gracias.

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