lunes, 22 de octubre de 2012



FIDEL CASTRO Y LOS HERALDOS DE LA MUERTE

 “La muerte es vía, no término.”
José Martí.














Por Carlos Rodríguez Almaguer.


El 26 de julio de 1953 ocurrieron en el Oriente cubano los acontecimientos que dieron inicio a la última etapa de la lucha armada por la independencia definitiva de la Isla. Los asaltos a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, mostraban la decisión de los cubanos de combatir con las armas en la mano la tiranía criminal y oprobiosa que, respaldada por el imperio del Norte, había asaltado el poder el 10 de marzo de 1952. Estas acciones, como es conocido, habían sido organizadas por un joven abogado: Fidel Castro.

Una de las noticias que con más énfasis se trasmitió por aquellos días fue, sin duda, la de la “muerte de Fidel Castro”. Se iniciaba así una de las más largas cadenas de desaires que ser humano alguno le haya hecho a los Heraldos de la Muerte.

Luego vinieron los peligros del presidio, el desembarco del Granma con sus consabidas “noticias de última hora”, la Sierra Maestra y los repetidos “Partes militares” que informaban una y otra vez la “muerte del Doctor Fidel Castro”, hasta que, como en la conocida fábula del Pastorcillo y el Lobo, el pueblo comenzó a dudar siempre, al punto que de haber muerto de verdad por aquellos días, el imaginario colectivo habría hecho imposible esta noticia sin importar las pruebas que se le presentaran, y Fidel viviría eternamente en las montañas orientales como una suerte de Mackandal carpenteriano.

Algo parecido sucedería luego del triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959, primero con Camilo Cienfuegos y después con el Che Guevara, nadie creyó jamás en la noticia hasta que lo dijo Fidel, porque el pueblo sabe —y los pueblos saben— que Fidel no miente.  

Los que nacimos y crecimos en Cuba en los últimos 50 años, hemos sido testigos de los numerosos anuncios de este tipo realizados por los medios enemigos de desinformación, y nos hemos reído de sus posteriores ridiculizaciones. Pero en esta historia no solo han quedado desairados los Heraldos, sino también, y sobre todo, los que han querido arrogarse el papel de Ángeles Exterminadores, convirtiéndose ellos mismos en los portadores de la Muerte. Más de 600 atentados de diversos tipos, que demuestran los monstruos que puede engendrar el odio, han sido descubiertos y neutralizados por los órganos de inteligencia cubanos. Es la bochornosa historia de una aterradora cacería humana que habría atemorizado al común de los mortales. Pero a veces olvidamos que Fidel es Fidel y no un mortal común. Ha querido vivir entre nosotros como uno más, y acaso, desde su humildad sin límites, lo hubiera logrado, a no ser porque sus enemigos se han empeñado en demostrarnos lo contrario.

La frustración y la impotencia acaso los han ido obligando a dejar en manos de la naturaleza su muerte biológica, pero otra vez las reiteradas y jugosas recompensas por “matar” a Fidel han podido más que la resignación. Ahora ha sido un medicucho desconocido el que ha querido servir de nuevo Heraldo, venido a menos luego de hacer el ridículo al verse destrozadas sus “profecías” por la indomable voluntad del presidente Hugo Chávez.

Hoy el propio Fidel ha respondido en un artículo no exento de ironías, desde el título mismo, para con los improvisados Heraldos de la Muerte.

A ellos, más allá del desprecio que provoca su morbo, habremos de agradecer acaso el volver a verlo, leer otra vez sus textos, saberlo “entero” como siempre, y también porqué no, el recordarnos que Fidel como criatura biológica un día cualquiera de los próximos años dejará de respirar, entonces aparecerá una Nota Oficial del Gobierno Revolucionario de Cuba comunicándonos el triste suceso, pero nadie nos obligará a creer jamás que él ha muerto porque los hombres como Fidel no mueren. Martianos como somos, repetiremos que “la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”, y nadie desde Martí hasta acá, ha cumplido entre nosotros esa obra como él. Aún habrá otros que recuerden la sentencia del poeta de que el hombre no muere cuando deja de existir sino cuando deja de amar, y Fidel no dejará de amar nunca porque, aún más allá de su existencia física, siempre habrá muchos que, inspirados en sus enseñanzas y su ejemplo, amaremos por él.   

jueves, 18 de octubre de 2012

La Máscara que se puso TVE para mentir sobre la política migratoria cubana

(Tomado de La Pupila Insomne)
José Manzaneda
La reciente medida del Gobierno cubano de suprimir el permiso de salida para viajar al exterior de la Isla es, sin duda, algo que era deseado por la mayoría de la población cubana (1). Y un paso positivo que eliminará obstáculos administrativos y agilizará el tiempo de tramitación para viajar fuera de Cuba.
Pero ¿era el citado permiso de salida del Gobierno cubano lo que impedía viajar a la población cubana, tal como dan a entender los grandes medios internacionales? Y por tanto ¿ésta podrá ahora viajar rápidamente y sin problemas, aún pudiendo costear su billete y estancia? En absoluto.
La corresponsal en La Habana del canal público Televisión Española, Sagrario García Mascaraque, nos decía lo siguiente: “(Ésta) es la reforma mas ansiada por todos los cubanos desde hace muchísimo tiempo, angustiados por los lentos y costosos trámites para lograr un permiso de salida del país que no siempre llegaba” (2).
Su mensaje es claro: era el Gobierno cubano quien impedía la salida del país a su población, mediante obstáculos burocráticos y negativas arbitrarias. Para sostener este idea falsa, la periodista debe ocultar lo verdaderamente esencial: que la población cubana no ha podido viajar al exterior a pesar de haber obtenido, en la inmensa mayoría de los casos, el permiso de salida, debido a que los países de recepción le han negado la correspondiente visa de entrada (3). Y esta situación no va a variar con la reforma migratoria cubana. Es más, se prevé que –para frenar las expectativas de viajar o emigrar que genere esta reforma- los cupos de entrada a España y a otros estados del Norte se restringirán aún más.
“A partir del 14 de enero solo necesitarán un pasaporte en vigor y el visado del país de destino”: la periodista de Televisión Española nos remarca que, ahora, para salir del país, “solo” se necesitará el visado en destino, como si su obtención fuera un mero trámite, y no existiera una política de negativa sistemática y masiva de visas por parte, por ejemplo, del Gobierno de España. Mientras la corresponsal remarca “los lentos y costosos trámites” por la parte cubana, silencia el via crucis burocrático de cientos de cubanos y cubanas en el Consulado español en La Habana: colas interminables, meses de trámites, elevadas tasas por cada gestión y silencios administrativos que, en la mayoría de los casos, acaban en una negativa con la frase “posible migrante”.
Pero este aspecto esencial para que la audiencia entienda el problema, es silenciado por Televisión Española y el resto de grandes medios, interesados en culpabilizar al Gobierno cubano.
La corresponsal de Televisión Española, además, realizaba una afirmación increíble en alguien que lleva cuatro años residiendo en Cuba: “(Hasta ahora), había muchas limitaciones y aquellos que querían abandonar la Isla eran tachados de traidores”. Un mensaje que es un cliché obsoleto, quizá real hasta los años 80, pero que no tiene nada que ver con el presente. El Gobierno cubano ha reconocido públicamente, en repetidas ocasiones, el papel de la emigración cubana en la construcción del país, y su carácter económico y no político, similar a la de otros países de la región (4). Las palabras del presidente Raúl Castro sobre la población emigrada están bien lejos del concepto de “traidores” mencionado por Televisión Española: “Hoy los emigrados cubanos, en su aplastante mayoría, lo son por razones económicas. Este sensible asunto ha sido objeto de manipulación política y mediática durante largos años, en el propósito de denigrar a la Revolución y enemistarla con los cubanos que viven en el extranjero. Lo cierto es que casi todos preservan su amor por la familia y la patria que los vio nacer, y manifiestan, de diferentes formas, solidaridad con sus compatriotas” (5).
El Gobierno cubano tiene relaciones normalizadas con decenas de colectivos de la emigración. Y contra todos los clichés mediáticos, que asocian emigración cubana con exilio político, existe un número creciente de asociaciones de migrantes que apoyan explícitamente a la Revolución cubana (6). Este 20 de octubre se celebra en Madrid, por ejemplo, el Encuentro de Cubanos y cubanas residentes en Europa (7). ¿Cubrirá Televisión Española este evento? ¿Informará de la existencia de miles de migrantes cubanos con posiciones diametralmente contrarias a la de la llamada “disidencia” aliada de EEUU? ¿O lo silenciará de la misma manera que silencia la responsabilidad del Gobierno español en la prohibición de viajar a la ciudadanía de Cuba y de tantos otros países del Sur?

jueves, 11 de octubre de 2012

Venezuela derrota a la Santa Alianza del siglo 21

(Tomado de La Pupila Insomne)
Ángel Guerra Cabrera
Coalición internacional es el nombre que le dio Hugo Chávez. Y es que a eso se enfrentó la Revolución Bolivariana en las elecciones presidenciales del 7 de octubre. No a una alianza de fuerzas locales,  eso sí con mucho poder financiero, y un candidato que no le llega a Chávez intelectualmente ni a la suela de los zapatos. Sino a una potente agrupación de Estados imperialistas, oligarquías latinoamericanas y la derecha trasatlántica, que decidió echar toda la carne al asador para de una vez quitar del medio al incómodo presidente venezolano. Estaban en juego trascendentales intereses económicos y geopolíticos. Chávez encabeza al pueblo, que además de poseer las más grandes reservas petroleras del planeta e importantes recursos financieros, constituye el referente principal en la conquista de la segunda independencia, la unidad e integración de América Latina y el Caribe, animador de la Alba, Petrocaribe, Unasur y la Celac. Su liderazgo ha hecho de Venezuela el principal polo mundial en la lucha contra el capitalismo y su fase neoliberal, contra el imperialismo y las guerras, por la democracia participativa y el socialismo. Junto a otros proyectos latinoamericanos y caribeños demuestra que es posible una alternativa a las brutales formas de explotación neoliberal y creciente opresión política de los pueblos, extendidas hoy a Estados Unidos y Europa.
La Santa Alianza del siglo 21 encabezada por el norte revuelto y brutal se habría anotado su mayor victoria política desde el desplome de la Unión Soviética y el llamado socialismo real si hubiera conseguido derrotar al chavismo en las elecciones del 7 de octubre. De este tamaño es el significado del triunfo conseguido por el pueblo venezolano. Implica también el mayor revés sufrido por la contraofensiva lanzada por Washington contra las fuerzas populares de nuestra región. Iniciada con el ataque yanqui-uribista a Ecuador, tiene sus eslabones principales en los golpes de Estado en Honduras y Paraguay, el continuado freno en México al ascenso por vía electoral de una alternativa al neoliberalismo, el restablecimiento de la IV Flota y la proyección de poder militar  hasta el sur del continente mediante nuevas misiones y bases militares y planes supuestamente contra la delincuencia organizada cuyo verdadero fin es sembrar el terror y criminalizar la protesta social.
La victoria bolivariana ha sido justo la que se necesitaba en este momento. No sólo ganar sino hacerlo por un margen de más de un millón seiscientos mil votos(11 puntos porcentuales)  que hizo imposible la recurrente y mentirosa acusación de fraude de la contrarrevolución a un sistema electoral ejemplo de trasparencia en el mundo. Paralizó los planes para provocar el enfrentamiento y la violencia en las calles y dar el pretexto a la intervención militar imperialista. La maquinaria mediática del imperio propalaba en las últimas semanas la noción de que el candidato opositor ganaba terreno mientras Chávez lo perdía. Ya estaba a la mano el empate técnico que se produciría precisamente en los días de la veda electoral, argumentaban decenas de sesudos analistas políticos. Si tuvieran vergüenza no se atreverían a asomarse más a la luz pública; pero no, seguiremos viendo repetir las mismas mentiras y calumnias a los caraduras  escribas y profetas frustrados de  El País, CNN y sus homólogos en Latinoamérica.
Otra cuestión a destacar del 7 de octubre es la concurrencia de más de 80 por ciento de votantes, que demuestra fehacientemente el interés en la política de los venezolanos, la confianza en que su voto es contado -y cuenta- y el arraigo en la población de una cultura política que ve las urnas como el medio para dirimir las diferencias de opinión. Esto es un importante logro del chavismo frente al golpismo y el desprecio al pueblo de numerosos líderes de oposición. Qué diferencia con el autoproclamado paladín de la democracia  que nunca logra más de 50 por ciento de participación en elecciones presidenciales sobre un registro electoral en que muchos ni se interesan en inscribirse.
Claro que en Venezuela hay problemas. El presidente Chávez ha sido muy crítico de la gestión gubernamental antes e inmediatamente después de las elecciones y ya el chavismo debate el resultado electoral con vista a combatir errores, profundizar la orientación al socialismo y sacar lecciones de inmediato para las elecciones legislativas y de gobernadores de diciembre, también muy importantes.

martes, 9 de octubre de 2012

Venezuela nos enseña


Javier Couso
Después de derrotar dos golpes (uno militar y otro petrolero), un cáncer y una de las campañas de intoxicación mediática más virulenta y global, Hugo Chávez consiguió su cuarta reelección consecutiva.
A pesar de que el ejercicio del poder desgasta, y más si son 13 años, el proyecto que lidera el Presidente Chávez ha conseguido el apoyo de un 55% del electorado venezolano.
Estas cifras hay que valorarlas de manera cualitativa más que cuantitativa ya que han sido obtenidas en un escenario extremadamente complicado, en lo político y lo humano, que pocas personalidades hubieran soportado con la entereza del mandatario venezolano.
Queda refrendado que la Revolución Bolivariana ha mudado la piel de Venezuela en todos los sentidos pero, sobre todo, ha empoderado a ese pueblo excluido y vilipendiado que era maltratado por la burguesía rentista de la riqueza petrolera.
No solo se han atendido las necesidades de la población, mejorando todos los estándares de vida (educación, sanidad, descenso de la pobreza y de la delincuencia, erradicación del analfabetismo…), sino que además se ha impulsado un proyecto total de soberanía para ir construyendo una Venezuela libre y soberana.
El fortalecimiento de los sectores estratégicos y la diversificación en la industria, la agricultura, las comunicaciones, la energía o la defensa, enmarcado todo en un mejor reparto de la riqueza, han logrado que el pueblo entienda esa soberanía como suya, lo cual es parte esencial en la fortaleza del proyecto socialista venezolano.
Por eso la participación electoral masiva de las dos clases en conflicto, por eso la movilización en los barrios populares, por eso la felicidad del pueblo en la victoria. Es el sentimiento real de formar parte de un esfuerzo colectivo y sobre todo inclusivo, donde los olvidados por el anterior sistema neoliberal son hoy protagónicos, no solo en el esfuerzo, también en los beneficios.
La victoria en Venezuela la hemos vivimos intensamente desde la izquierda del sur de Europa, al igual que con ilusión seguimos en las elecciones griegas la esperanza de Syriza o nos emocionamos con las palabras de Melenchon, candidato del Front de Gauche.
Este sentimiento es la esperanza compartida de un mundo mejor y la necesidad de victorias reales que nos inspiren tras años de derrotas consecutivas que nos arrebataron incluso la necesaria fe en el futuro. No olvidemos nunca que solo lo que se piensa puede ser realizado. Estábamos derrotados. Y por ello un día como hoy crecemos junto a la victoria del pueblo de Venezuela y nos empoderamos un poco, asistiendo, aunque sea en la distancia, a la derrota de los planes neoliberales que aquí nos llevan de la pobreza a la miseria con destino final en el nuevo feudalismo.
En el caso español, este lunes, hemos sabido por el Barómetro de Metroscopia que continúa el descenso sostenido del bipartidismo, auténtica crisis de régimen en el que los dos partidos que se alternan van perdiendo intención de voto. Sirva como ejemplo ilustrativo que ni concurriendo unidos el PP y el PSOE (53,8%) lograrían vencer al PSUV (55%) en unas hipotéticas elecciones.
Lo malo es que la izquierda real no crece lo que debería. No recoge el malestar ciudadano y popular para empezar a ser una alternativa social y de gobierno. La encuesta da un escuchimizado 12,6% cuando se debería estar rondando el 20%, necesario trampolín para aspirar a disputar la hegemonía.
Algo hay que cambiar, eso está claro, pero no sabemos muy bien qué. Nadie ha dado con la tecla para poner en marcha el proyecto que lleve a la victoria. No se trata de copiar modelos y trasplantarlos en una realidad diferente, eso siempre fracasa, pero sí la necesidad de un relato, un proyecto social creíble que ponga freno al neoliberalismo del PPSOE, una convergencia con la calle del “no nos representan” y mucha unidad en base a una propuesta clara de recuperación de la soberanía, sea en una nueva Europa o junto a los países del Sur.
Quizás nos haga falta una figura que aglutine, que con su poderío pueda limar las asperezas y ser pasta para rellenar las grietas que si se dejan crecer acaban siendo abismos. Alguien generoso que sepa equilibrar, que encarne un proyecto de futuro, que enamore.
Sé que estamos en ello, que no vamos a dejar que nos lleven como corderitos al matadero neoliberal pero, mientras tanto, creamos que es posible y hagámoslo.
Venezuela nos enseña.

viernes, 5 de octubre de 2012

¿Por qué Chávez?

(Tomado de Cubadebate)
presidente-chavezHugo Chávez es sin duda el jefe de Estado más difamado en el mundo. Al acercarse la elección presidencial del 7 de Octubre, esas difamaciones se tornan cada vez más infames. Tanto en Caracas como en Francia y en otros países. Atestiguan la desesperación de los adversarios de la revolución bolivariana ante la perspectiva (que las encuestas parecen confirmar) de una nueva victoria electoral de Chávez.
Un dirigente político debe ser valorado por sus actos, no por los rumores vehiculados en su contra. Los candidatos hacen promesas para ser elegidos: pocos son los que, una vez electos, las cumplen. Desde el principio, la promesa electoral de Chávez fue muy clara: trabajar en beneficio de los pobres, o sea -en aquel entonces-, la mayoría de los venezolanos. Y cumplió su palabra.
Por eso, este es el momento de recordar lo que está verdaderamente en juego en esta elección, ahora cuando el pueblo venezolano se alista para votar. Venezuela es un país muy rico, por los fabulosos tesoros de su subsuelo, en particular sus hidrocarburos. Pero casi todas esas riquezas estaban acaparadas por las élites políticas y las empresas transnacionales. Hasta 1999, el pueblo sólo recibía migajas.
Los gobiernos que se alternaban, demócrata-cristianos o social-demócratas, corruptos y sometidos a los mercados, privatizaban indiscriminadamente. Más de la mitad de los venezolanos vivía por debajo del umbral de pobreza (un 70,8% en 1996).
Chávez hizo que la voluntad política prevaliera. Domesticó los mercados, detuvo la ofensiva neoliberal y posteriormente, mediante la implicación popular, hizo que el Estado se reapropiara los sectores estratégicos de la economía. Recuperó la soberanía nacional. Y con ella, ha procedido a la redistribución de la riqueza, en favor de los servicios públicos y de los olvidados.
Políticas sociales, inversión pública, nacionalizaciones, reforma agraria, casi pleno empleo, salario mínimo, imperativos ecológicos, acceso a la vivienda, derecho a la salud, a la educación, a la jubilación… Chávez también se dedicó a la construcción de un Estado moderno. Ha puesto en marcha una ambiciosa política del ordenamiento del territorio : carreteras, ferrocarriles, puertos, represas, gasoductos, oleoductos.
En materia de política exterior, apostó por la integración latinoamericana y privilegió los ejes Sur-Sur, al mismo tiempo que imponía a los Estados Unidos una relación basada en el respecto mutuo… El impulso de Venezuela ha desencadenado una verdadera ola de revoluciones progresistas en América Latina, convirtiendo este continente en un ejemplar islote de resistencia de izquierdas alzado en contra de los estragos del neoliberalismo.
Tal huracán de cambios ha volteado las estructuras tradicionales del poder y acarreado la refundación de una sociedad que hasta entonces había sido jerárquica, vertical, elitista. Esto sólo podía desencadenar el odio de las clases dominantes, convencidas de ser los legítimos dueños del país. Son estas clases burguesas las que, con sus amigos protectores de Washington, vienen financiando las grandes campañas de difamación contra Chávez. Hasta llegaron a organizar -en alianza con los grandes medios que les pertenecen- un golpe de Estado el 11 de Abril del 2002.
Estas campañas continúan hoy en día y ciertos sectores políticos y mediáticos europeos se encargan de corearlas. Asumiendo -lamentablemente- la repetición como si fuera una demostración, los espíritus simples acaban creyendo que Hugo Chavez estaría encarnando «un régimen dictatorial en el que no hay libertad de expresión».
Pero los hechos son tozudos. ¿Alguién ha visto un «régimen dictatorial» ensanchar los límites de la democracia en vez de restringirlos? ¿Y otorgar el derecho de voto a millones de personas hasta entonces excluidas? Las elecciones en Venezuela sólo ocurrían cada cuatro años, Chávez organiza más de una por año (14 en 13 años), en condiciones de legalidad democrática, reconocidas por la ONU, la Unión Europea, la OEA, el Centro Carter, etc.
Chávez demuestra que se puede construir el socialismo en libertad y democracia. Y convierte incluso ese carácter democrático en una condición para el proceso de transformación social. Chávez ha probado su respeto al veredicto del pueblo, renunciando a una reforma constitucional rechazada por los electores vía referendum en 2007. No es casual que la Foundation for Democratic Advancement (FDA), de Canadá, en un estudio publicado en 2011, situara entonces Venezuela en el primer lugar de los países que respetan la justicia electoral[i].
El gobierno de Hugo Chávez dedica el 43,2% del presupuesto a las políticas sociales. Resultado: la tasa de mortalidad infantil ha sido dividida por dos. El analfabetismo, erradicado. El número de docentes, multiplicado por cinco (de 65 000 a 350 000). El país presenta el mejor coeficiente de Gini (que mide la desigualdad) de América latina. En su informe de Enero de 2012, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPALC, un organismo de la ONU) establece que Venezuela es el país suramericano que -junto con el Ecuador-, entre 1996 y 2010, ha logrado la mayor reducción de la tasa de pobreza. Finalmente el instituto norteamericano de sondeos Gallup ubica al país de Hugo Chavez como la sexta nación «más feliz del mundo»[ii].
Lo más escandaloso, en la actual campaña de difamación, es pretender que la libertad de expresión esté constreñida en Venezuela. La verdad es que el sector privado, hostil a Chávez, controla allí ampliamente los medios de comunicación. Cada cual puede comprobarlo. De 111 canales de televisión, 61 son privados, 37 comunitarios y 13 públicos. Con la particularidad de que la parte de la audiencia de los canales públicos no pasa del 5,4%, mientras que la de los privados supera el 61%[iii]… Mismo escenario para los medios radiales. Y el 80% de la prensa escrita está en manos de la oposición, siendo los dos diarios más influyentes -El Universal y El Nacional-, adversos al gobierno.
Nada es perfecto, por supuesto, en la Venezuela bolivariana -¿Dónde existe un régimen perfecto?-. Pero nada justifica esas campañas de mentiras y de odio. La nueva Venezuela es la punta de lanza de la ola democrática que, en América Latina, ha barrido con los regímenes oligárquicos de nueve países, apenas caído el muro de Berlin, cuando algunos vaticinaban «el fin de la historia» y «el choque de las civilizaciones» como horizontes únicos para la humanidad. La Venezuela bolivariana es una fuente de inspiración de la que nos nutrimos, sin ceguera, sin inocencia. Con el orgullo, sin embargo, de estar del buen lado de la barricada y de reservar los golpes para el malévolo imperio de los Estados Unidos, sus tan estrechamente protegidas vitrinas del Oriente Próximo y donde quiera reinen el dinero y los privilegios. ¿Por qué Chávez despierta tanto resentimiento en sus adversarios?
Indudablemente porque, tal como lo hizo Bolívar, ha sabido emancipar a su pueblo de la resignación. Y abrirle el apetito por lo imposible.

[i] Venezuela obtiene 85 puntos; Estados Unidos, 30; Canada 26 … http://venezuelanalysis.com/news/6336
[ii]Estudio publicado el 29 de abril de 2011. http://www.gallup.com/poll/147167/High-Wellbeing-Eludes-Masses-Countries-Worldwide.aspx#2
[iii] Mark Weisbrot et Tara Ruttenberg, «Television in Venezuela : Who Dominates the Media ?» (pdf), Center for Economic and Policy Research, Washington, D.C., décembre 2010.

jueves, 4 de octubre de 2012

La Casa Blanca está detrás de Capriles Radonski, afirma James Petras

(Tomado de Cubadebate)
capriles“Detrás del candidato presidencial de la derecha venezolana, Henrique Capriles, está la Casa Blanca de Washington que lo asesora para mostrar una imagen de reformista, demócrata y popular”, afirmó el reconocido sociólogo estadounidense James Petras.
En declaraciones que publica el diario digital El Ciudadano, el destacado intelectual señaló que el postulante de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) tiene “el respaldo incondicional del presidente de Estados Unidos (Barack Obama)”, frente al masivo respaldo popular al mandatario Hugo Chávez.
Petras agregó que desde la Casa Blanca lo están asesorando sobre cómo presentarse. “Capriles es mostrado como un buen muchacho, reformista híper-enérgico, que quiere un cambio moderado” para Venezuela.
Denunció el académico y autor de varios libros que, en realidad, el candidato derechista encabezó “la mafia” que dio el golpe de Estado contra Chávez en 2002 y formó parte de “la banda que atacó la Embajada cubana” en Caracas en ese momento.
El intelectual estadounidense recordó que Capriles también “apoyó el lockout (paro patronal) de los gerentes petroleros en 2003″.
Por lo cual, señaló Petras, su postura de supuesto demócrata “es todo un maquillaje porque tiene antecedentes violentos, golpistas, vinculado siempre a los sectores de ultra derecha”.
El prestigioso sociólogo explicó que Estados Unidos cree que si Capriles pierde las elecciones presidenciales del 7 de octubre “por un margen significativo, no van a denunciar fraude”, sino a consolidar el apoyo recibido para las elecciones a gobernadores en diciembre de este año.
Por su parte, el embajador de Ecuador en Venezuela, Ramón Torres, estimó que los logros de la Revolución Bolivariana y de la Ciudadana son ocultados por los medios de comunicación, que presentan limitaciones y conforman una matriz perversa.
Es, precisó, una matriz mediática montada para exacerbar, para sobredimensionar un proceso que tiene límites y virtudes, como todo proceso humano, pero, aclaró, la vida cotidiana en Caracas nada tiene que ver con esa matriz de demonizar la administración chavista.
Lo que debemos saber, y por ello estar tranquilos los ecuatorianos, recalcó Torres, es que estas revoluciones en democracia, la ecuatoriana y la venezolana, confían en nuestros pueblos y hoy por hoy el pueblo es el sujeto principal en nuestras revoluciones.
Hasta el momento, todos los estudios de opinión vaticinan que Chávez alcanzará la reelección el próximo domingo en Venezuela, con una ventaja de más de 15 puntos, frente a Capriles.
(Con información de Prensa Latina)
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martes, 2 de octubre de 2012


 LOS DEBERES HUMANOS


“Al placer se despiertan los hombres solos;
al deber ha de haber quienes les toquen la puerta
todos los días.”

José Martí

Por Carlos Rodríguez Almaguer.


Mucho se ha hablado en los últimos veinte años —y se sigue hablando—, de los Derechos Humanos. Desde las más disímiles, y a veces inverosímiles, perspectivas se aborda el cacareado asunto. Todos divulgan, comentan, exigen, demandan… la obligación de respetarlos. Existe una Declaración Universal de los Derechos Humanos, invocada, divulgada, desconocida, pisoteada, vilipendiada, tergiversada, edulcorada… en dependencia de los intereses que la aborden, la demanden o la atropellen. Y se han escrito en el papel y lanzado a los aires millones de palabras en todos los idiomas, dando a conocer a los seres humanos cuáles son sus derechos desde el día en que nacen. ¡Y está bien esto último!

Lo que no está bien es que ocurra todo lo contrario con la otra cara, imprescindible para equilibrar esta moneda (porque la realidad ha demostrado que también sirve para comprar el consenso de la “opinión pública”). Nadie, o casi nadie, habla, ni en voz baja ni a gritos, ni en papeles ni en sonidos, de lo que en última instancia vendría a resolver el problema que tanto nos agobia: los Deberes Humanos.

No existe una Declaración Universal de los Deberes Humanos. A nadie se le ha ocurrido todavía poner en Ley esta verdad elemental y salvadora: que un ser humano al venir al mundo no solo tiene derechos que disfrutar, sino también deberes que cumplir. Por ejemplo, considero que uno de los deberes principales que todo ser humano está obligado a cumplir es el de tratar de ayudar al adelanto universal de todos sus congéneres sin distinciones, porque otra de las verdades elementales que saltan a la vista del más despistado de los mortales, es aquella que esgrimió José Martí en su incansable lucha contra los racismos: “Dos razas tiene el mundo: parecida a los insectos la una, la de los egoístas; resplandeciente, como si en sí llevara luz, la otra, la de los generosos.”

De manera que amén de lo útil que a cada individuo o colectividad le pueda resultar estudiar, conocer y defender los Derechos Humanos, considero igualmente útil, provechoso y hasta preventivo el que cada uno conozca y asuma sus Deberes para consigo mismo, para con el conjunto social donde vive y con la Humanidad toda.

Esperemos entonces que un día cualquiera de los próximos años podamos someter a la aprobación de todos los pueblos de la Tierra esa tan necesaria, salvadora y casi tardía Declaración Universal de los Deberes Humanos, en la cual quede establecida, sin medias tintas, esta verdad inconmovible de José Martí: "Nadie tiene derecho de dormir tranquilo mientras haya un hombre, un solo hombre, infeliz".

La Paz en Colombia y la paradoja de los halcones

(Tomado de La Pupila Insomne)
Iroel Sánchez
Si alguien tiene alguna duda de lo que significa Colombia para Estados Unidos, el relato que hace de su visita a ese país, en febrero de 2001, el expresidente colombiano Andrés Pastrana  en su libro La palabra bajo fuego es altamente convincente para demostrar que pocas naciones tienen para Washington una importancia estratégica similar. Dice Pastrana:
“La primera impresión que me llevé de los denominados ‘Halcones’ (Cheney, Rumsfeld y Wolfowitz) fue la de que tenían una postura más escéptica que sus antecesores frente a la opción de buscar una paz negociada con las FARC y el ELN, y que eran partidarios, en cambio, de adelantar más acciones militares contra la guerrilla. No les preocupaba tanto el tema de la droga como el riesgo que significaban estas organizaciones terroristas para la sociedad colombiana y para la defensa de la democracia. Por supuesto, esta es una posición que habría de enfatizarse mucho más después del trágico 11 de septiembre de 2001″.
Añade el exmandatario que luego del comienzo de su “guerra global contra el terrorismo”, “los Estados Unidos rompieron la fila de entrega de helicópteros, entregando primero los que estaban comprometidos con el Plan Colombia que los que ellos mismos necesitaban para su operación en Afganistán contra el régimen talibán”.
Asombroso, pero a los defensores de la democracia que han terminado con cientos de miles de vidas en Iraq y Afganistán, autorizaron la tortura en Guantánamo y el secuestro institucionalizado con vuelos secretos de la CIA, les preocupaba más la aniquilación total de la guerrilla que el combate al narcotráfico. Recuerda Pastrana con orgullo que fue el cuarto jefe de Estado en reunirse con Bush después de los mandatarios de México, Canadá y el Reino Unido.
La colaboración militar de Estados Unidos con Colombia, lejos de disminuir se ha intensificado, pero a pesar de ello el camino de la paz se ha impuesto. Si en 2001 sólo Venezuela y Cuba ofrecían resistencia a la dominación norteamericana en el continente, hoy  el aislamiento de Washington es la regla y es a La Habana -capital de un país considerado terrorista por EE.UU.-, a donde ha acudido el actual presidente colombiano, Juan Manuel Santos, en busca de la paz y los halcones con los que habló Pastrana son reclamados como criminales de guerra en varios países.
Para más paradojas, ante preguntas de la prensa, los representantes de las FARC en la mesa de negociones declararon no tener secuestrados en su poder desde hace meses pero los secuestrados en Guantánamo por Bush, Cheney, Rumsfeld y Wolfowitz siguen allí, a pesar de las promesas del Premio Nobel de la Paz Barack Obama, ese otro halcón disfrazado de paloma. 
(Publicado en CubAhora)

lunes, 1 de octubre de 2012

Con Vicente Feliú a unas cuadras de la Casa Blanca

(Tomado de La Pupila Insomne)
José Pertierra
I
Washington, D.C. El público lo había ovacionado después de cada canción que Vicente Feliú ofreció en el Salón Bolivariano de la embajada venezolana en Washington. Ya era tarde en la noche. No quedaba público en el salón, pero el trovador aún sentía la adrenalina de la actuación y necesitaba relajarse. Además, tenía hambre y sed.
Fuimos a una cantina del barrio Georgetown de la ciudad de Washington. Nos atendió un camarero estadounidense, seco, que quería salir de nosotros lo antes posible para poder cerrar el lugar, pero el ayudante de mesero era otra cosa. Un joven salvadoreño, humilde, cariñoso y curioso de saber quienes eran esos tres latinoamericanos que reían y hablaban con un extraño (para él) acento.
“Somos cubanos”, le dijo Vicente Feliú al joven, quien no podía creer que se había encontrado con unos cubanos que viven en la isla. “Jaaa, ¿de verdad son cubanos de Cuba? ¿Qué hacen aquí?”, preguntó asombrado. “Estamos en Washington para cantar por la liberación de Cinco hermanos que los yankis mantienen presos en los Estados Unidos”, respondió Vicente. “Somos dos trovadores y un abogado”.
Incrédulo, el salvadoreño dudaba de las palabras de Vicente. Jamás había visto a un cubano revolucionario en la capital de los Estados Unidos. “Creéme”, le dijo Vicente y sacó de su bolsillo su pasaporte cubano y lo puso en la mesa para que el dudoso lo examinara. Los dedos del mozo tocaron una por una las cuatro letras del nombre del país prohibido, C-U-B-A. Fue entonces que creyó, agarró confianza, y mirando hacia atrás para asegurarse de que nadie lo podía escuchar nos confió: “Yo soy farabundista y 70% de mi familia también. No quería venir a este país, pero la guerra me obligó a salir de El Salvador. ”
“Yo tampoco quería venir a los Estados Unidos: ni a cagar”, le respondió Vicente Feliú. “Pertierra me recordó que los Cinco me necesitan y por eso vine”. El restaurante ya estaba a punto de cerrar y los únicos clientes que quedaban éramos Vicente, el guitarrista cubano Alejandro Valdés y yo.
Con el salvadoreño, hablamos de Martí, los Cinco, Cuba, El Salvador, la Revolución, Shafik, y por supuesto de Fidel. Cuando nos íbamos, mientras Vicente se despedía del mozo a puro abrazo, Alejandro me dijo: “Vicente es así. Si lo dejamos conversar un rato más, recluta a todo los empleados del restaurante para liberar a los Cinco ”.
II
El independentista boricua, Rafael Cancel Miranda, tiene 82 años, pero no lo parece. Es un hombre que mide casi dos metros, con el pecho macizo y la mirada intensa. Cancel Miranda fue sentenciado a 85 años de cárcel por haber tiroteado al Congreso de los Estados Unidos el 1ro de marzo de 1954, junto a Lolita Lebrón, Andrés Figueroa Cordero, e Irving Flores Rodríguez. Entre los cuatro, dispararon 30 tiros e hirieron a 5 congresistas estadounidenses –a uno de ellos la bala se le incrustó en una nalga.
Las experiencias vividas en su niñez lo marcaron para siempre. Cuando tenía 7 años, Rafael acompañó a sus padres a Ponce para participar en una manifestación a favor de la independencia de Puerto Rico. La protesta se convirtió en una masacre cuando el gobernador yanki de Puerto Rico, el General Blanton Winship, dio órdenes de dispararle a los manifestantes. Las tropas bajo su comando mataron a 19 personas e hirieron a 235. Al niño nunca se le olvidaría la sangre que corrió en las calles de Ponce ese día.
Cuando lo declararon culpable de haberle disparado a los congresistas en el Capitolio, Rafael Cancel Miranda ni titubeó, ni se ablandó. Lo mandaron a cumplir 85 años de cárcel en Alcatraz, la prisión federal famosa porque ningún preso se había escapado de ella. La misma prisión donde estuvo preso el mafioso Al Capone. Varias veces, le ofrecieron excarcelarlo siempre y cuando pidiera disculpas por sus acciones revolucionarias y prometiera renunciar a la lucha por la independencia de Puerto Rico. “Ustedes son los que nos deben disculpas a nosotros. Al pueblo puertorriqueño. Ustedes son los que nos han masacrado”, era su respuesta invariable.
El Presidente Jimmy Carter liberó a Cancel Miranda (y a cuatro otros independentistas) en el año 1979 a cambio de cuatro agentes de la inteligencia estadounidense que estaban presos en Cuba. El puertorriqueño había cumplido 24 años de prisión. Hasta ese momento, los independentistas puertorriqueños llevaban más tiempo presos que nadie, y su prolongada detención estaba dañando la imagen de la supuesta democracia que Washington quiere imponerle al mundo. Por eso, y también para poder canjearlo por los agentes de la CIA que estaban presos en Cuba, lo soltaron.
Cancel Miranda vino a Washington para ayudar a liberar a los Cinco, y de paso fue al concierto de Vicente Feliú, quien le dedicó una canción de Pablo Milanés: “Cuba y Puerto Rico son/ de un pájaro las dos alas./ Puerto Rico, ala que cayó al mar,/que no pudo volar,/yo te invito a mi vuelo/ y buscamos juntos el mismo cielo”.
Vicente la cantó a capela. A viva voz. Yo estaba sentado al lado del independentista boricua, mientras el cubano cantaba. Me volteé a ver a Rafael Cancel Miranda. Ese hombre inconmovible e irreverente, recio como la Ceiba puertorriqueña, tenía los ojos llenos de lágrimas.
III
Su gira pasó por Washington, Nueva York y San Francisco. Vino a cantar. Trajo su guitarra, trajo un virtuoso acompañante –Alejandro Valdés– y trajo a Cuba. La noche antes del concierto, me dijo: “Aquellos viejos trovadores sabían muy bien que no puede haber canción cubana sin patria cubana. Por eso, pelearon por la independencia de Cuba en el siglo XIX machete en mano y guitarra en hombro. Gracias a ellos, nosotros hemos hecho lo mismo.”
Comenzó su concierto en el Salón Bolivariano de la Embajada de Venezuela en Washington con una preciosa canción de su autoría, Que me cuenten. Luego, acompañado de Alejandro, Vicente cantó a Corona: “Por ese cuerpo orlado de bellezas,/ tus ojos soñadores y tu voz angelical;/ por esa boca de concha nacarada,/ tu mirada imperiosa y tu andar señoril,/ te comparo con una santa diosa,/ Longina seductora, cual flor primaveral …”
A César Portillo de la Luz, “Siempre tú estas conmigo en mi tristeza,/ estás en mi alegría y en mi sufrir,/ porque en ti se encierra toda mi vida/ si no estoy contigo, mi bien no soy feliz …” Se detuvo en una gran canción de Marta Valdés, y entonó “las caras conocidas/me parecen raras./ Las cosas más absurdas/me resultan claras./ Camino cuadras y cuadras/cantando en voz alta,/nadie se explica lo que me pasa./ El mundo está al revés para mí/ … resulta que me quieres.”.
Nos dio una canción “descomunalmente maravillosa” de Juanito Márquez, “Como un milagro”. Con las canciones de Vicente esa noche, caminamos la memoria de nuestro país hasta llegar a sus “hermanos de generación”: Silvio, Pablo, Noel.
Contó que conoció a Silvio en la secundaria en el año 62. En la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR). “Nos caíamos a cancionazos en el balcón de la calle Neptuno”, dijo Vicente. “Los dos crecimos en la adolescencia de la Revolución”. Debido a los grandes antebrazos que tiene, los amigos bautizaron Popeye a Vicente. Silvio y Popeye son, desde entonces, inseparables.
De Silvio, Vicente le cantó a Rafael Cancel Miranda, “Te doy una canción”. De Pablo Milanés, “Mírame bien”. De Noel Nicola (le decían El Drácula por sus afilados colmillos), vocalizó la eterna canción del perdón a la alevosía de un beso.
Ya con el público de pie y en la palma de su mano, Vicente arrancó con la canción más conocida de él: “Cuando te diga que el amor me espanta,/ que me derrumbo ante un ‘te quiero’ dulce,/ que soy feliz abriendo una trinchera/Créeme …”
La audiencia gritaba, aplaudía y silbaba. Ese fue el momento que el trovador escogió para hablar de los Cinco y cantarnos un poema escrito por Antonio Guerrero –“cuánto de sed sufrí hasta lograr tu beso, tu boca seductora, agua fresca de un río”, al que el propio Vicente le puso música: http://youtu.be/za_fZyXPRb0
Son pocos los músicos que pueden tocar tan hondo como Vicente Feliú. Sabiendo que habíamos conectado ya con su corazón, el trovador cerró a capela el concierto, diciéndonos, en Washington y a pocas cuadras de la Casa Blanca:
Soy de donde soy, aunque me encuentre donde esté,
aunque la noche cubra el cielo y haya crisis con la fe.

Soy de donde soy, de donde habita el corazón,

donde se sueña con palomas y se muere por amor
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 MARTÍ MÁS ALLÁ DE LA CÁSCARA


Por Julio César Sánchez Guerra*

Todavía Martí no es todo Martí; es preciso ahondar en las zonas más calladas de su ideario y recomponer los fragmentos de su unidad. Ya sabemos que es el político sagaz, el de la frase breve y contundente, pero sería un error limitarnos a la cita fácil que sustituya nuestra energía por comprenderlo, y por ser hijos de nuestro propio tiempo.
A Martí hay que bajarlo de las estatuas, de rincones y de pensamientos colgados en la pared; es necesario colocarlo en su condición de hombre sincero, arte entre las artes, monte entre los montes…poeta, hombre, taíta y niño que viene de todas partes para devolverle al mundo su memoria.
Lo primero que nos sobrecoge en Martí, son sus visiones proféticas; parece que el sabe lo que va a pasar con su vida y con el curso de la historia, su poesía y misticismo penetran las páginas que escribe, en una prisión, en un barco, o en la hora en que la madrugada es una mujer adulta.
Ante la vida misma asume una comunión que nos recuerda una porción del budismo, aquel que ve en la vida un milagro de la naturaleza que no puede ser destruida.
No es partidario de la pena de muerte, ni de matar un pájaro, ni de arrancar el árbol, ni de aplastar a la mosca intrusa. Se entiende mejor por qué ante las puertas de la guerra escribe: Espanta la misión de echar a los hombres contra los hombres.
Es cristiano, budista, estoico y masón, pero su religión no está en los templos sino en salvar al que va a ahogarse. Asume el dolor, el sufrimiento como un camino de crecimiento espiritual y redención humana.
Cree que el golpe dado en la mejilla del otro es también contra su propia mejilla, y de su optimismo radical, siempre nacerán, entre espinas, flores. Por eso Martí es un poeta al servicio de la política, pero no de cualquier política sino de aquella que se convierta en el arte de hacer felices a los hombres.
Martí dejó varias páginas escritas al tema de la muerte, a quien llamó, la madre invisible. Entre la muerte y la vida se cruza el misterio de lo humano con hondas connotaciones éticas; es eso lo que intenta explicarles a los niños en La Edad de Oro.
Martí cree en la vida después de la muerte; “el alma post- existe” y viene de las regiones de otras vidas; ante la muerte pide convertirse en sauce o en una flor nueva; y nos aclara en versos sencillos que él, dos veces, vio el alma.
En todo lo que estudia y abarca nos solo nos deja información sino sobre todo formación liberadora. Por eso nadie puede asombrarse si comprueba que las advertencias de los peligros que veía en la idea socialista, están relacionados con las causas que finalmente derrumbaron al socialismo: El dogma y el oportunismo.
La República por la que lucha: Con todos y para el bien de todos, nunca podrá ser una consigna, sino el más grande desafío de una República moral para salvar al hombre, y al mismo tiempo, la permanente utopía de asumir la patria como agonía y deber.
Para Martí es preciso salvar la Patria y la persona; la justicia pero también la belleza, al cubano y al español, es radical y armonioso, y su tremenda dialéctica la guarda en frase del ensayo Nuestra América: el genio de la moderación.
Hay algo de Jesús y de Sócrates en Martí; es el Boditsava, santo que nos da sabiduría, y soldado que no rehúye la cólera maravillosa para echar a los mercaderes del templo… Al final de cada combate nos pide ser buenos como único modo de ser dichosos, y sabe que la cultura, es la fuente de la libertad.
A Martí no se le puede encerrar en filosofías o corrientes; eso lo entendió el poeta Lezama Lima cuando advirtió que Martí es el único entre nosotros en habitar la casa del Alibi, allí donde yo es el otro y la vida del “hombre sincero” se convierte, en un misterio que nos acompaña.
Ese hombre que buscamos no está en la pared mezquina de los conformismos, ni en la indiferencia, ni en el miedo a crear, está en el amor que ve, en la semilla, en el más allá de la cáscara.

*Profesor de la Universidad Jesús Montané Oropesa, Isla de la Juventud.